martes, 13 de octubre de 2015
lunes, 20 de julio de 2015
Breve historia del dibujo
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de representar todo lo que le rodea, encontrando en el dibujo el medio más ameno para realizar este deseo. Los primeros dibujos se remontan al Paleolítico Superior, hace 35.000 años, cuando el Homo Sapiens representaba sobre las superficies rocosas de las cuevas o sobre la piel de los abrigos, animales que cazaba. Un ejemplo de esta manifestación artística lo encontramos en las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira, en Cantabria (España).
Más tarde, los egipcios supieron valerse de este arte para decorar las construcciones más imponentes de la historia: las pirámides. Habían pasado miles de años y el dibujo había evolucionado substancialmente. Se había pasado de la composición monotonal y estática de la prehistoria al equilibrio, minuciosidad y colorido de las representaciones teológicas en templos y santuarios.
Habría que avanzar hasta el S.VI a.C. para encontrar en los griegos a los máximos representantes del equilibrio en el dibujo. Preocupados por centrarse en la expresión cándida humana, la despojan de todo abalorio o connotación sobrenatural y obtienen las proporciones consideradas armónicas hasta el momento. He aquí la unidad y avenencia entre la realidad y la figura.
Los romanos, 500 años después, aportaron la diversidad que faltaba. Mantener otro imperio sobre un territorio tan extenso precisaba de un ejercito y una disciplina ejemplar para subyugar a tantas culturas diversas sobre el mismo mando. Eso provocó, en cierta medida, el abandono de lo artístico y ornamental para acercarse a una doctrina más práctica y útil para esa época; hacían falta sólidas edificaciones con las que mantener la autoridad sobre los continuos ataques de los invasores. Obtuvieron en el dibujo el medio para reflejar lo que serían las próximas construcciones. Surgieron los primeros planos y con ellos nació la arquitectura. El dibujo ya precisaba mayor técnica y conocimientos matemáticos con respecto a lo que se había realizado hasta el momento.
De la Edad Media, S.VIII - S.XV, es donde se conservan un numero mayor de obras integras. Durante esta etapa predominan las representaciones vivaces. Vuelve a imponerse la espectacularidad y los aderezos, sin dar oportunidad a actuar al color; simplemente es el trazo el encargado de marcar el detalle. La invasión árabe introduce un revolucionario soporte para el dibujo y la pintura: el papel. Invención china que facilitará que la ilustración deje se ser una actividad exclusiva de monjes sobre pergaminos de cañas y piel, para convertirse en algo más alcanzable para la población. Es a partir de ese momento cuando se puede manifestar el fulgor del color. Cabe destacar, también, la introducción al uso de la pluma metálica o la tinta como la conocemos actualmente.
En Italia y avanzando a través de la etapa gótica, segunda mitad del S.XV, el Renacimiento se desarticula de lo religioso. Ahora lo importante es reconocer la belleza y saberla expresar. Basándose en la civilización artística grecorromana (renace lo antiguo), vuelve a imponerse lo natural y escueto. Los magnates dejan reflejar sus bustos en multitud de retratos. De la mera decoración arrinconada, el desnudo femenino empieza a adueñarse de los temas principales en las creaciones y se vuelve al estudio de la figura humana. El dibujo asciende a lo volumétrico gracias a las nuevas técnicas de coloreado. El juego de luces y sombras, junto con la perspectiva, acerca aún más la realidad al dibujo. Una manifestación de artistas demuestran este nuevo desarrollo: el Greco, Miguel Angel, Sandro Boticelli, Leonardo da Vinci.
Éste último destaca sobre los demás por su afán de investigación. Recoge bajo sus obras estudios de anatomía, invención de artilugios y una nueva manera de utilizar la iluminación en el dibujo. El “sfumato" disipa la línea cerrada del contorno del dibujo para aumentar de profundidad y con ello, lo que se persigue desde entonces: el acercamiento a lo natural. Por lo tanto el dibujo deja de ser algo espontáneo y subjetivo para convertirse en una verdadera disciplina.
El Barroco, que se estira hasta el S.XVII, utiliza hasta la exageración todos los recursos aportados durante el Renacimiento para expresar desde la calamidad de la pobreza hasta lo fastuoso de la riqueza. Se rompe le rectitud y la uniformidad en las representaciones pictóricas y se intenta al máximo conmover y atraer al espectador.
A partir del S.XIX se rompe la continua uniformidad que había seguido el dibujo y se bifurca en multitud de estilos: romanticismo, realismo, impresionismo, expresionismo, fauvismo, cubismo, futurismo, surrealismo... No obstante, todos ellos utilizan lo aportado hasta la fecha como herramienta para expresar nuevos enfoques de la sociedad que están viviendo.
lunes, 13 de julio de 2015
Valor tonal: una característica clave en la pintura
Una de las características más importantes de una buena pintura es el contraste entre las zonas de luces, sombras y medios tonos, pues se vuelve atractiva a la mirada humana capturando su atención.
Esta característica llamada "valor" o "valor tonal", es por lo general incluso más relevante que el matiz en sí del color (a menos de que se trate de una obra colorista bien ejecutada) y su gran importancia radica en los efectos que proporciona:
- Crear la tridimensionalidad o volumen de las formas
- Destacar el centro de interés en la obra
- Crear la sensación de profundidad y distancias
- Indicar de forma coherente la dirección de la luz y formación de sombras
- Crear la ruta que debe seguir el ojo del observador
- Crear una sensación en la obra (por ejemplo misterio, calma, alegría, tristeza, etc.)
Los bocetos y estudios del artista
Dada la importancia del valor tonal, muchos artistas hacen primero un estudio en blanco y negro del objeto de la obra, para determinar las sombras, luces y medios tonos, y ajustarlos según sus necesidades para crear mayor interés, para realzar la imagen, simplificarla o lograr un efecto determinado.
En un estudio de los valores no hay que preocuparse de colores ni detalles, sino prácticamente de las masas y el grado de oscuridad o luminosidad que tienen. Aunque parece un trabajo en exceso, le ahorra al artista profesional mucho tiempo de retoques y correcciones luego de que la obra está en marcha, y le ayuda a obtener mejores resultados. Este bosquejo no necesariamente tiene que ser con pintura, generalmente es con lápiz o carbonilla.
Una primera capa en blanco y negro: la grisalla
La grisalla se trata de pintar las primeras capas de la obra en escalas de grises, o también en otras escalas monocromáticas, como las hechas con colores tierra, o un tono verde llamado Verdaccio. Este paso ayuda a lograr efectos de profundidad y luminosidad en la obra así como a evaluar correctamente los valores tonales, lo que permite plantear “el mapa de la obra” en una capa inicial que servirá de base para adecuar los valores de los colores en las capas siguientes.
Ejemplo de grisalla de la artista Rusa Olga Rybakova:
Si se pinta a partir de una foto, será muy útil hacer una copia o impresión de la imagen en blanco y negro para evaluar mejor los valores tonales al separar el aspecto del color.
Pintores tonalistas (valoristas) y pintores coloristas
A los pintores impresionistas, fauvistas, naif, etc, en donde el color juega un papel muy importante y determinante, como en el caso de Vincent Van Gogh, Cezanne, Monet, etc., se les llama “coloristas”, y tienden a realizar obras con un estilo más espontáneo, no se preocupan demasiado por el aspecto del valor, volúmenes o realismo, sino por un buen contraste, armonía, matices intensos y aprovechamiento del color.
"La Habitacion" de Vincent Van Gogh (1888-1889):
Por su parte, los “tonalistas o valoristas” son los que hacen énfasis en un buen contraste de luces y sombras para hacer resaltar su obra y darle personalidad. Las obras realistas tienden usualmente a hacer uso del valorismo. Aquí encontramos desde los pintores de la antigüedad como Jan Van Eyck, Robert Campin, Roger Van Der Weyden, Rembrandt, Vermeer, Rubens, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Botticelli, Raphael, etc., hasta muchísimos pintores de la actualidad.
Rembrandt fue uno de los artistas clásicos que más uso hizo del contraste entre luces y sombras, en la técnica llamada "Claroscuro", lo que le permitía lograr efectos más dramáticos en sus obras y resaltar puntos clave en ellas.
“Filósofo meditando” de Rembrandt (1632):
Igualmente hay artistas que con gran talento saben combinar ambas expresiones, pintando maravillosas obras con llamativos colores y riqueza tonal.
En el siguiente ejemplo, se puede ver que lo que define la obra no es en sí los colores, ni el tipo de pinceladas, que pueden distar incluso mucho de lo que se consideraría “realista”, pero que por lo claro u oscuro que se ponga el color, se van definiendo las sombras y luces que originan las formas y su volumen.
En esta obra de la Artista Peihang Huang, se observa a la derecha el cuadro original, y a la izquierda, en blanco y negro, demostrando que no es el color el que define las formas sino su valor tonal:
lunes, 6 de julio de 2015
Técnicas de dibujo y sombreado
Dibujar es trasladar una imagen, sea una que tenemos delante nuestro o una que está en nuestra imaginación, hacia un determinado soporte (papel, madera, tela, etc).
Uno de los secretos para poder dibujar correctamente un objeto es entenderlo. Tenemos que entender su forma. Si queremos dibujar una lata, es imprescindible que entendamos que la lata no es un objeto plano, sino cilíndrico. Un objeto más complejo, como una flor, está compuesta de muchas y variadas formas. Una flor no es plana, eso es evidente, y mientras más desarrollemos la capacidad de observar y entender la forma de la flor, podremos dibujarla de la mejor manera.
Uno de los secretos para poder dibujar correctamente un objeto es entenderlo. Tenemos que entender su forma. Si queremos dibujar una lata, es imprescindible que entendamos que la lata no es un objeto plano, sino cilíndrico. Un objeto más complejo, como una flor, está compuesta de muchas y variadas formas. Una flor no es plana, eso es evidente, y mientras más desarrollemos la capacidad de observar y entender la forma de la flor, podremos dibujarla de la mejor manera.
Escoge un objeto que tengas cerca, en este caso, una licuadora. Coloca el objeto cerca tuyo y, en una posición cómoda, empieza a dibujarlo en el aire. A continuación, empieza a dibujarlo en el papel, pero manteniendo la vista en el objeto. Recorre su borde con los ojos y siente su forma.
Tus ojos deben estar fijos en el objeto, pero tu mano debe dibujar en el papel. No mires lo que estás dibujando, simplemente siente su forma y dibújalo.
A continuación una foto de la licuadora y el dibujo:
Es de esperarse que las líneas no coincidan y el dibujo salga deforme y desproporcionado. Eso no nos importa ahora, sino aprender a entender la forma de un objeto. Empieza desde cualquier punto y desde allí traza una linea como si tocaras con la vista el objeto. Siente cada cambio de dirección, cada curva, cada fin de línea. Cuando alces el lápiz para dibujar otra parte del objeto no te preocupes en encontrar en el papel dónde tienes que seguir dibujando la siguiente parte. Simplemente dibuja sin mirar. No te preocupes del resultado.
No está de más volver a recalcar la importancia de la práctica. ¡Practica bastante! La práctica hace al maestro, dice la famosa frase, y tiene bastante de verdad.
Esbozos
Una práctica común entre artistas de todo rango, desde un historietista hasta un gran maestro como Leonardo da Vinci es el esbozo o, en inglés, "sketch." Un esbozo es un dibujo hecho rápidamente con el fin de estudiar o captar la forma de un objeto. Da Vinci hacía cientos de esbozos en sus cuadernos donde figuran objetos diversos como animales, personas y máquinas. Un esbozo no es un dibujo acabado y muchas veces contiene errores y varios intentos de líneas superpuestas.
Esbozos de Leonardo da Vinci:
Una de las claves más importantes para aprender a dibujar es, bueno, dibujar. Puedes pasarte horas y horas leyendo libros, comprando instrumentos de dibujo, deseando ardientemente aprender a dibujar... pero nada reemplaza la experiencia que obtendrás tomando un lápiz, un papel y dibujando.
Aquí es donde entran los esbozos. Puedes empezar esbozando en base a algún dibujo que te guste, o una fotografía, o quizás un sujeto que tengas delante de tus ojos. Tienes que perder el miedo al "No me va a salir igual," "Esto es muy difícil." Eventualmente, empezarás a tener más confianza en tí mismo.
Lo genial de dibujar es que puedes practicar en casi cualquier parte y situación. Puedes dibujar en la comodidad de tu casa, en la calle mientras esperas a alguien, en un bar, una sala de espera, etc.
Técnica del esbozo:
1. Empieza con trazos ligeros. Pasando suavemente el lápiz sobre el papel empieza dibujando líneas y formas muy generales del sujeto.
2. Haz varios trazos de base y luego, más firmemente, haces un trazo más marcado. Intenta varias veces de manera ligera y una vez obtenido el resultado deseado, recién en ese momento haz el trazo definitivo usando los intentos como base.
3. ¿Te salió mal? Déjalo y vuelve a intentarlo o intenta otra cosa. Esbozar debe ser divertido, no debes perder la paciencia ni mucho menos dejar que la frustración te haga dejar el papel. Hay veces que uno no se siente inspirado, como que dibujas y no te sale nada bien. Distráete un momento y vuelve a intentarlo.
El Sombreado
Para sombrear es importante entender el funcionamiento de las luces y las sombras, saber pintar el tono o valor correcto.
La forma más simple de sombreado es hacer líneas seguidas juntas usando la punta del lápiz o inclinándolo para pintar con el costado de la mina. Es importante hacer todas las líneas en una misma dirección para que el resultado sea uniforme. La cantidad de sombra varía según la presión del lápiz y la cercanía entre las líneas.
Otra técnica es el "Cross Hatching," que es un tramado cruzado. Dibujas una serie de líneas diagonales y luego inclinas el papel y dibujas otra serie de líneas que las crucen. Se puede obtener una menor o mayor oscuridad según la separación que dejes entre las líneas.
Otra técnica es el "Circulismo," que consiste en dibujar una serie de círculos pequeños que se superponen entre sí. No es necesario que los círculos sean perfectos, solamente hacerlos lo suficientemente pequeños y juntos. La oscuridad de la sombra depende del tamaño de los círculos que dibujemos asi como de la presión que hagamos con el lápiz. El Circulismo es muy útil para dibujar la piel de las personas, ya que el acabado es irregular. Para este caso es bueno hacer los círculos suavemente.
Aquí un ejemplo usando la primera técnica de sombreado:
Aquí ejemplos de cross hatching:
Aquí ejemplos usando la técnica del circulismo:
Finalmente, estas tres técnicas mencionadas se pueden complementar con el Suavizado. Utilizando un trozo de papel normal, papel higiénico, alguna tela suave o un esfumino mezclamos el grafito que pintamos en nuestro dibujo. El resultado es un color uniforme, suave.
Ejemplos usando diversas técnicas y lápices, borradores, tissues (pañuelos de papel) y mucho trabajo duro:
Entender la luz
Todo lo que vemos es luz. Los brillos y sombras forman parte del comportamiento de la luz sobre un cuerpo.
Todo lo que vemos es luz. Los brillos y sombras forman parte del comportamiento de la luz sobre un cuerpo.
La forma más simple de entender la luz es con el ejemplo de una esfera. La luz produce ciertos niveles de claroscuro que tienen nombres específicos:
- A. Brillo
- B. Medio Tono
- C. Sombra Propia
- D. Luz Reflejada
- E. Sombra Proyectada
El Brillo (A) es aquella área que está más cerca de la luz y, por lo tanto, está más iluminada que las demás. Es donde la luz es más intensa pues cae directamente sobre la esfera.
Conforme la luz va cayendo sobre su redondez, vemos que va disminuyendo en intensidad pues ya no cae tan directamente. Poco a poco el Brillo va pasando al Medio Tono (B).
Ahora llegamos a la parte de la esfera donde la luz no llega, y por lo tanto se produce la Sombra Propia (C).
La esfera reposa sobre una mesa y dicha mesa refleja un poco de luz sobre la misma. Esa es la Luz Reflejada (D).
La esfera reposa sobre una mesa y dicha mesa refleja un poco de luz sobre la misma. Esa es la Luz Reflejada (D).
Finalmente, tenemos la Sombra Proyectada (E) que es la silueta de la esfera que se proyecta sobre la mesa.
Aquí tenemos la foto de un dado lanzado al aire:
Tenemos en toda la esquina el Brillo (A) donde la luz se refleja con intensidad. Luego de ello tenemos el Medio Tono (B) y la Sombra Propia (C). Nota bien que el dado está sobre una superficie blanca y esa superficie blanca refleja luz sobre el dado. Esa es nuestra Luz Reflejada (D) -- si observas bien, notarás que hay una diferencia de intensidad con la Sombra Propia.
Y finalmente tenemos la Sombra Proyectada (E), que en este caso es una sombra bastante difuminada pues el dado está flotando lejos de la superficie blanca.
lunes, 29 de junio de 2015
Teoría del color
Uno de los aspectos que más nos maravillan de la pintura es el color y las inmensas posibilidades que nos dan los pigmentos para formar cualquier tonalidad que podamos ver en la naturaleza y en cualquier objeto.
Para poder abordar el tema de los colores y de la mezcla de colores en la pintura artística, es imprescindible en primer lugar conocer la teoría básica, que en nuestro caso pasará a ser, más que un concepto, una comprobación en cada sesión de pintura, pues aprender del color va de la mano con aprender a pintar, y así, con la experiencia, la mezcla del color se hará menos sistemática y más intuitiva, con lo que la pintura será mucho más agradable.
Para poder abordar el tema de los colores y de la mezcla de colores en la pintura artística, es imprescindible en primer lugar conocer la teoría básica, que en nuestro caso pasará a ser, más que un concepto, una comprobación en cada sesión de pintura, pues aprender del color va de la mano con aprender a pintar, y así, con la experiencia, la mezcla del color se hará menos sistemática y más intuitiva, con lo que la pintura será mucho más agradable.
Círculo cromático o
rueda de colores
Colores primarios:
Son matices que no pueden obtenerse a partir de la mezcla
de otros colores. Estos son el rojo, amarillo y azul.
Colores secundarios:
Resultan por la mezcla de dos colores primarios, y son el
verde, naranja y violeta:
rojo + azul = violeta
rojo + amarillo = naranja
azul + amarillo = verde
Colores quebrados, o tierras:
Estos colores no los veremos claramente en el círculo
cromático tradicional, pues son la mezcla de un color primario o secundario con su complementario, en cantidades desiguales, de modo que dicho
color se “ensucia” un poco, pero sin perder su tendencia. Así por ejemplo un
color ocre es un amarillo al cual se le ha agregado un poco de violeta que es su
complementario.
Colores neutros (valores):
Como colores neutros o valores están el blanco, el negro y el gris. Desde el punto de vista físico
– teórico no son considerados colores ya que el blanco se da cuando la
superficie refleja toda la luz, mientras que el negro se presenta cuando toda
la luz es absorbida. En pintura el color negro lo podremos formar por mezcla de otros colores, mientras que el
blanco no lo podremos formar y podríamos considerarlo como un color primario.
Relaciones entre
los colores
Colores análogos
Tienen tonalidades similares y están adyacentes entre sí en el círculo cromático. En una pintura dispuestos uno al lado del otro crean efectos armoniosos con muy poco contraste. Aquí un ejemplo de la utilización de colores análogos en una gran área de la composición. Se trata de la obra “La Torre de Babel” de Brueghel.
Colores complementarios
Están directamente enfrente el uno del otro en la rueda
de color. Un color primario es complementario a un color
secundario. Otra forma de verlo es buscando aquel color que hace falta
para que estén presentes los tres primarios.
Este punto será de gran ayuda para resolver problemas en
la obtención de determinados colores en nuestras mezclas. El rojo es
complementario del verde, el amarillo es complementario del violeta y el azul es
complementario del naranja. Los complementarios son colores de contraste
extremo y cuando se utilizan juntos en una pintura, pueden producir imágenes
brillantes y vibrantes.
Aquí un claro ejemplo de la utilización de los colores complementarios para obtener una composición alegre, llamativa y vibrante: una flor naranja sobre un fondo azul que es su color complementario.
Tono, valor e intensidad
Tono o matiz: en síntesis lo podemos ver como el color en sí, lo que llamamos tonalidad, como rojo, amarillo, naranja, etc. Se refiere al estado puro del color, sin agregarle blanco o negro.
El valor, luminosidad o brillo: se refiere a la claridad u oscuridad de un color. O dicho de otra forma es la cantidad de blanco o negro que posee un color. Los colores más claros tienen un valor alto y reflejan más luz, mientras que un color de valor bajo es más oscuro y absorbe más luz. Este concepto es de suma importancia para la pintura, pues el éxito o fracaso de un pintor radica en su capacidad para distinguir los diferentes valores para una tonalidad y poder plasmarlos en su obra, dándole la profundidad, definición de sombras y luces apropiados. Esta característica nos permitirá plasmar en nuestra pintura diferentes sensaciones de espacialidad, volumen, contornos, etc.
Saturación o Intensidad: se refiere a la viveza o palidez de un color, y está relacionado con su pureza. Mientras más saturado está el color de un objeto, mayor sensación de que está en actividad o movimiento. Por ejemplo, si usamos rojo cadmio directamente del tubo, tendríamos una alta intensidad, un color vivo e intenso, pero al mezclarlo con otro color su intensidad se verá disminuída, parecerá más descolorido y gris, por ello también se define como la cantidad de gris que tiene un color. La saturación se podrá bajar al máximo por la adición del complementario, ya que se neutraliza el color, llevándolo a una tonalidad gris. También se disminuye añadiendo blanco, negro o gris.
Temperatura del color
En la pintura los rojos, amarillos y naranjas se conocen
como colores cálidos, mientras que los azules, violetas y verdes se
conocen como colores fríos. La temperatura de un color se ve influenciada
por los colores que le rodean, por ejemplo un color amarillo parecerá más
cálido si se rodea por un violeta, pero no se verá tanto su “calor” si está
rodeado de un naranja.
También, podemos ver cómo los colores fríos dan una idea
de lejanía, mientras que los cálidos dan la sensación de cercanía.
En las dos siguientes obras del artista Vicent Van Gogh
vemos claramente ejemplos de una composición con colores fríos (Noche
estrellada) y de una obra con colores cálidos (Vaso con doce girasoles).
Uno de los conceptos fundamentales para obtener resultados profesionales en nuestras pinturas es el de los colores complementarios. Su manejo es indispensable para lograr magníficos contrastes, hermosos matices y oscurecer los tonos de manera apropiada.
Tanto el arte clásico como el más moderno se han valido del uso de los colores complementarios, en el primer caso para obtener colores terrosos o grises y en el segundo caso para crear vibrantes composiciones de arte abstracto o impresionista.
Complementarios de los colores primarios
y secundarios
Los colores complementarios son los que están opuestos en el círculo cromático, el complementario de un color primario siempre será uno secundario, y viceversa, así:
En este diagrama, vemos las tres parejas principales de
colores complementarios:
Amarillo – Violeta
Azul – Naranja
Rojo – Verde
Para que no te aprendas de una manera mecánica estas parejas, analízalo de forma práctica respondiendo a esta pregunta:
¿Cuál es el color o los colores que falta(n) para tener
los tres primarios?
Por ejemplo, si buscas el complementario del violeta ya sabes que este color está formado por rojo y azul. Por lo tanto su complementario es el amarillo pues es el único primario que falta.
Si buscas el complementario del azul, necesitaremos amarillo y rojo para tener los tres primarios, y la mezcla de estos dos colores que faltan forma el naranja, siendo entonces el complementario del azul.
¿Pero para qué sirven los colores
complementarios en la pintura?
• El uso de los colores complementarios uno al lado del
otro genera armonía, vibración, drama y movimiento pues se
intensifican entre sí. Pero para que no se cree una sensación caótica y
desagradable a la vista, uno de los dos colores debe predominar sobre el otro.
Igualmente no se requiere que se apliquen los colores
exactamente puros, es decir un azul puro junto a un naranja vibrante, se pueden
usar diferentes matices de estos colores para obtener resultados más sutiles.
• En técnicas impresionistas, se puede poner uno al lado
del otro, en el que uno sea la luz y el otro represente
la sombra.
• Nos sirven para resaltar áreas de interés, por la
generación de contraste.
• Si mezclamos un color con su complementario se neutralizan entre
sí obteniendo colores grises, cafés, colores tierra o quebrados, como
también se les llama. En algunas ocasiones, al usar los tonos adecuados en las
proporciones exactas, podemos lograr el color negro.
• Cuando deseamos un color específico en nuestro cuadro
pero este es demasiado saturado o brillante, y deseamos “apagarlo” un
poco, bajarle la intensidad para que no quede tan llamativo, le
agregamos una pequeña cantidad del complementario, pero sin que se cambie la
tendencia principal del color.
• Para obtener las sombras más oscuras de los
colores, es más apropiado agregar el color complementario, en lugar de usar
exclusivamente el color negro.
• Igualmente, para obtener zonas de luces
altas más llamativas, se pone una pequeñísima parte del color
complementario en el blanco, el cual si lo usamos sólo dará un efecto aburrido
y frío.
El
contraste y el color
A la hora de componer por color, uno de los principales
factores es el contraste. Pensemos en dos colores que están juntos.
El contraste intensifica las diferencias entre los dos. Podemos concluir que todos los
colores de una composición se ven influenciados por los colores con
los que tienen contacto.
Así podemos hablar del Contraste de luminosidad,
o Claroscuro, que ocurre cuando enfrentamos un color oscuro frente a uno
claro. En estas ocasiones solemos decir que la imagen presenta un alto
contraste. Aunque haya ausencia de color y tengamos una imagen en blanco y
negro, también encontramos este contraste y, lo solemos llamar Blanco y
Negro de Alto Contraste.
Otro tipo de contraste es el Contraste de
temperatura, que resulta cuando juntamos un color cálido con otro color frío.
La división de los colores en cálidos y fríos “puede”
responder a una sensación térmica (de las estaciones del clima) y a la vez
psicológica (melancolía, alegría, rechazo, …) que producen los colores, pero
depende muchísimo de cada persona. Pues aunque asociamos colores cálidos a un
atardecer o fríos a una imagen invernal quién nos dice que no podamos
cambiarlo y evocar en el espectador diferentes sensaciones.
También existe el llamado Contraste de saturación, cuando enfrentamos un color puro con otros. O el Contraste de valor y el Contraste simultáneo (para un color dado nuestro ojo busca su complementario y si no existe lo “crea” ficticiamente).
Contraste
simultáneo
Uno de los fenómenos ópticos que pueden influirte a la
hora de preparar las mezclas es el llamado Contraste simultáneo, el cual es un
cambio de percepción del color según los adyacentes que tiene, lo que puede
hacer que nos equivoquemos al juzgar determinado color y preparar la mezcla
erróneamente.
El contraste simultáneo se da tanto en el valor, como en el matiz y la intensidad.
Contraste simultáneo de valor
Se produce un cambio en la percepción del color cuando se
rodea de otro más claro o más oscuro que este. Si se rodea de un color más
claro, el contraste hará que se vea más oscuro, si le rodea un color más oscuro
hará que se vea más claro.
Por ejemplo si tenemos una mancha de chocolate en una
camisa blanca: es muy notorio, llama más la atención y nos daremos cuenta de
que ahí está la mancha, porque el oscuro del chocolate se hace notar más con el
fondo blanco de la camisa. Pero si por ejemplo cae sobre una camisa roja
oscura, o un azul oscuro, pues quizá tengamos la suerte de que pase un
inadvertida, que no sea tan dramática la situación, pues el café oscuro del
chocolate no resaltará tanto.
En la siguiente imagen, podrás verlo con más claridad. El cuadrado gris que está sobre la zona blanca se ve de un valor más oscuro que el que está sobre la zona negra. Sin embargo, como vemos en la parte de abajo, si aislamos todos los cuadrados grises para verlos en un fondo igual (en este caso blanco), comprobaremos que todos tienen exactamente igual valor tonal.
Cuando se trata de evaluar el valor tonal en otros colores, se complica un poco más, pues además de variar el grado de luminosidad, será notoria la variación en la intensidad (grado de viveza) e incluso el matiz (o color en sí), tal como lo puedes ver en el siguiente ejemplo:
Tono o matiz: en síntesis lo podemos ver como el color en sí, lo que llamamos tonalidad, como rojo, amarillo, naranja, etc. Se refiere al estado puro del color, sin agregarle blanco o negro.
En la pintura los rojos, amarillos y naranjas se conocen como colores cálidos, mientras que los azules, violetas y verdes se conocen como colores fríos. La temperatura de un color se ve influenciada por los colores que le rodean, por ejemplo un color amarillo parecerá más cálido si se rodea por un violeta, pero no se verá tanto su “calor” si está rodeado de un naranja.
• El uso de los colores complementarios uno al lado del otro genera armonía, vibración, drama y movimiento pues se intensifican entre sí. Pero para que no se cree una sensación caótica y desagradable a la vista, uno de los dos colores debe predominar sobre el otro.
A la hora de componer por color, uno de los principales factores es el contraste. Pensemos en dos colores que están juntos. El contraste intensifica las diferencias entre los dos. Podemos concluir que todos los colores de una composición se ven influenciados por los colores con los que tienen contacto.
Se produce un cambio en la percepción del color cuando se rodea de otro más claro o más oscuro que este. Si se rodea de un color más claro, el contraste hará que se vea más oscuro, si le rodea un color más oscuro hará que se vea más claro.
El Contraste simultáneo demuestra también que el ojo exige un equilibrio y sólo queda satisfecho cuando se cumple la ley de los complementarios. Dicho de otro modo, una composición de color es armoniosa cuando los complementarios se mezclan en la proporción adecuada para dar una tonalidad gris neutra.
El ojo y el cerebro exigen el gris neutro y, cuando falta, se ponen "inquietos". Si contemplamos un cuadrado blanco sobre fondo negro, la imagen residual que aparece cuando quitamos los ojos o los cerramos, es un cuadrado negro. Si contemplamos un cuadrado negro sobre fondo blanco, será un cuadrado blanco el que aparecerá como imagen residual. El ojo se esfuerza en restablecer el estado de equilibrio. Pero si contemplamos un cuadrado gris neutro sobre fondo gris, la imagen residual seguirá siendo gris neutro. Esto prueba que el gris neutro corresponde al estado de equilibrio que nuestro sentido óptico exige. Podemos obtener este gris neutro mezclando negro y blanco, o bien mezclando dos colores complementarios con blanco, o bien mezclando varios colores que contengan los tres primarios, según las proporciones deseadas.
Las demás mezclas de colores que no den el gris son de naturaleza "expresiva" pero no "armoniosa". En pintura existen abundantes obras maestras en las cuales se ha insistido únicamente en la expresión. El efecto que produce el empleo exclusivo de un color determinado, choca y capta a la imaginación.
Entonces ¿cómo es la composición por el color?
Atendiendo a una definición clásica de lo que es la composición de una obra artística podríamos decir algo así como que componer es ordenar los elementos plásticos y visuales de la obra teniendo en cuenta el equilibrio, distribución de pesos de luz y color, las simetrías, asimetrías y otros elementos. Es decir, la composición es el factor que proporciona coherencia formal a la obra.
Aunque elementos importantes en la composición son la simetría, la proporción, el ritmo y el movimiento, también lo es el color. En general los colores cálidos, los oscuros y los terrosos "pesan" más que los colores fríos, los claros, los saturados o puros. Al decir que "pesan" significa que reflejan mayor importancia. La regla aquí es que no hay regla, quizás sea la menos estricta de cuanto hemos visto y la más subjetiva, pues la percepción del color es muy diferente para cada uno. También puede ser la más creativa.
El ojo y el cerebro exigen el gris neutro y, cuando falta, se ponen "inquietos". Si contemplamos un cuadrado blanco sobre fondo negro, la imagen residual que aparece cuando quitamos los ojos o los cerramos, es un cuadrado negro. Si contemplamos un cuadrado negro sobre fondo blanco, será un cuadrado blanco el que aparecerá como imagen residual. El ojo se esfuerza en restablecer el estado de equilibrio. Pero si contemplamos un cuadrado gris neutro sobre fondo gris, la imagen residual seguirá siendo gris neutro. Esto prueba que el gris neutro corresponde al estado de equilibrio que nuestro sentido óptico exige. Podemos obtener este gris neutro mezclando negro y blanco, o bien mezclando dos colores complementarios con blanco, o bien mezclando varios colores que contengan los tres primarios, según las proporciones deseadas.
Las demás mezclas de colores que no den el gris son de naturaleza "expresiva" pero no "armoniosa". En pintura existen abundantes obras maestras en las cuales se ha insistido únicamente en la expresión. El efecto que produce el empleo exclusivo de un color determinado, choca y capta a la imaginación.
Entonces ¿cómo es la composición por el color?
Atendiendo a una definición clásica de lo que es la composición de una obra artística podríamos decir algo así como que componer es ordenar los elementos plásticos y visuales de la obra teniendo en cuenta el equilibrio, distribución de pesos de luz y color, las simetrías, asimetrías y otros elementos. Es decir, la composición es el factor que proporciona coherencia formal a la obra.
No hay una ley exacta que explique cual es el modo "correcto" de utilizar los colores. Pero es importante conocer los conceptos básicos para decidir durante el proceso de realización artística qué composición utilizar de acuerdo a lo que se quiera comunicar o mostrar. En resumen, según el deseo o la inspiración del artista, se decidirá por una paleta compositivamente armoniosa, u otra expresiva.
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